los beneficios de perder el control
cómo prosperar en tiempos difíciles
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por Jessica Bigogno
Psicóloga en PsyAtWork
Los humanos necesitamos sentir que tenemos el control. Queremos estar seguros de que nada malo nos sucede. Queremos quedarnos con lo planeado, con lo que creemos que nos va a hacer sentir bien, con lo que nos va a hacer felices.
Lo tenemos bien grabado en nuestro cerebro. Somos el resultado de la evolución del hombre de las cavernas. En ese tiempo, los humanos nos rodeábamos de peligros reales. Animales peligrosos y otras tribus que podían acabar con nuestras vidas. Como resultado, nuestro cerebro activó el “modo pánico” que nos permitía salir corriendo o enfrentarnos (la conocida respuesta flight or fight); de esta forma era más probable que sobreviviéramos. Muy probablemente esos cerebros estaban constantemente preocupados, buscando futuribles peligros que acecharan a su integridad: la única forma de asegurar su supervivencia, estar en calma, ser felices y tener comida a su abasto, era ponerse en la peor de las situaciones. Así, podrían defenderse y protegerse de las amenazas.
También teníamos que obtener comida en condiciones duras. Es por esto que, de cierta forma, estamos diseñados para buscar las recompensas positivas (en este caso, la comida) e incluso “obsesionarnos” por conseguirla.
También resultaba crucial permanecer en la tribu. El rechazo podía significa la muerte. De igual forma, era importante reconocer quién no pertenecía a nuestra tribu, así que desarrollamos una fantástica capacidad para juzgar a los demás. ¿Te resulta familiar?
Todo esto nos permite entender de qué forma nuestra mente nos empuja a buscar cierto grado de control en nuestras vidas y acerca del futuro, especialmente cuando nos encontramos en situaciones difíciles. Nos preocupamos y hacemos planes. Pensamos en todos los escenarios posibles – buenos y malos – pero, seamos realistas, cuando las cosas no van bien, nos centramos en lo negativo. Buscamos información constantemente con la esperanza de encontrar algo que nos ayude o que nos permita ver la situación actual con mayor claridad. Al hacerlo, sentiremos que estamos haciendo “algo”.
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Sin embargo, todo este “algo” mental y conductual no nos proporciona ningún control. En realidad, no somos capaces de predecir qué sucederá en 5 minutos, ni en una semana o un año. Así que esas predicciones no nos resultan útiles. De hecho, pueden ocasionarnos mucho sufrimiento.
Habiendo dicho lo anterior, para muchos de nosotros – yo incluida –, ese cerebro primitivo tiene la costumbre de “secuestrarnos” los pensamientos. No se lo va a tomar a la ligera y va a intentar que te preocupes y que te pongas en lo peor. A continuación, mencionaré una serie de prácticas que te ayudarán a hacer frente al cerebro primitivo en este desafío en el que nos encontramos.
pensar en el futuro
Es cierto que pensar en el futuro no es inherentemente malo (de hecho, es esencial para nuestro funcionamiento, ya que nos permite planificar de forma efectiva).
Sin embargo, invertir mucho tiempo haciéndolo puede nos puede costar nuestro bienestar en el presente, ya que probablemente nos haga sentir ansiosos, incluso puede mermar nuestro estado de ánimo. Nos toma mucho tiempo y energía.
Tiempo y energía que podríamos utilizar en algo mucho más provechoso: pasando tiempo con nuestros seres queridos, cuidando de nuestra salud, alimentando nuestra mente con libros y aprendizajes, trabajando en proyectos que nos proporcionen un propósito.
¿por qué resulta importante todo esto en las circunstancias actuales?
Lo he visto en todas partes. Personas que tienen que postponer sus planes. O proyectos. O todo lo que creían que les iba a hacer felices. O las previsiones de lo que sucederá a continuación.
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A algunas personas puede darles miedo, o puede resultarles difícil. Pero cada vez escuchamos más y más historias de cómo buscamos nuevas formas de ser y estar. Esto aumenta nuestro sentimiento de unidad, de compasión – los cuales se pierden a menudo en el ajetreo del día a día –.
A la vez, nos brinda la oportunidad de bajarnos de la rueda de hámster en la que nos encontramos, estando permanentemente ocupados y en el modo de conseguir nuestros objetivos, uno tras otro. Podemos demostrarnos que tenemos formas de adaptarnos. Que, a lo mejor, estábamos demasiado ocupados, dejando de lado lo que es verdaderamente importante para nosotros.
Sin duda, nos encontramos en un momento de la historia sin precedentes para la mayoría de nosotros. Nunca antes nos hemos encontrado con tantos interrogantes y con tan poco control sobre la situación. Todo esto puede hacer que el hombre de las cavernas que llevamos dentro, que nuestro cerebro primitivo entre en el modo preocupación. Aunque aparentemente parezca negativo, la situación actual nos ofrece una oportunidad: la oportunidad de hacer un reset mental.
da las gracias a tu mente
Recuerda que tu mente sólo intenta mantenerte a salvo. No está funcionando mal. Así que, cada vez que notes que tu mente te lleva a la preocupación, al miedo, a la planificación o a la búsqueda compulsiva de información, puedes decirle:
"Gracias mente por tratar de protegerme, pero estoy bien ahora mismo".
La parte del "ahora mismo" es importante. Significa, literalmente: "No estoy en peligro inmediato mientras estoy sentado aquí, en esta habitación". No tengo que luchar contra ningún enemigo físico.
En realidad, esto aplica a cualquier momento, hasta el momento en que morimos. De esta manera podemos encontrar la paz incluso cuando no estamos bien.
Poniendo en práctica esta simple estrategia, calmamos el sistema nervioso y salimos del modo "lucha o huida", permitiéndonos así ver el panorama general y tener más opciones sobre cómo vivimos nuestras vidas.
respira
Otra forma muy efectiva de calmar el sistema nervioso cuando nos sentimos abrumados es practicando la respiración del Sistema Nervioso Parasimpático (SNP).
El SNP es el sistema nervioso opuesto al de lucha o huida. Conocido como el sistema de "descanso y digestión", éste nos ayuda a sentirnos tranquilos y contentos.
Para hacer esto debes inspirar durante menos tiempo del que espiras. Deberás inflar tu estómago cuando respiras, en lugar de hacerlo con el pecho. Como parte del ejercicio, cuenta hasta cuatro lentamente al inspirar y hasta seis al espirar. Debes repetirlo alrededor de diez veces.
Si tienes ansiedad al respirar (como yo), puedes sentirte incómodo al principio, pero en la mayoría de los casos disminuye si perseveras y sigues practicando.
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Puedes probar el ejercicio en cualquier momento en que empieces a notar una sensación de ansiedad o tensión. Incluso puedes intentarlo si tienes problemas para dormir.
practica la compasión
Mucha gente se está preocupando por los demás en este momento. Sobre todo, por los mayores de su familia. También nos preocupamos por el estado del mundo en general.
Practicar la compasión puede ayudarnos a conectar con el sentido de la preocupación por los demás, generando emociones positivas, mientras no nos perdemos en la preocupación.
Puedes intentar pensar en una persona específica o en personas en general, y ofrecerles unas palabras de compasión.
Que estés a salvo y libre de sufrimiento.
Que estés tan saludable como puedas.
Que vivas con facilidad y paz.
Que estés libre de preocupaciones.
También puedes elegir tus propias palabras.
practica la meditación tipo mindfulness
Este es el momento perfecto para comenzar (o intensificar) tu práctica de meditación. Se ha demostrado científicamente una y otra vez que la meditación mindfulness disminuye el estrés y la ansiedad, aumenta la felicidad y la sensación de bienestar e incluso ayuda a nuestro sistema inmunológico. No puedo pensar en un momento en el que lo hayamos necesitado más.
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Si podemos aprender a estar enfocados en el presente, veremos que recuperamos nuestro bienestar, minuto a minuto.
Podemos ser más conscientes de lo bueno de nuestras vidas.
Podemos ser creativos sobre cómo cuidarnos y cómo podemos contribuir a las vidas de quienes nos rodean.
myCoach, la plataforma de e-Coaching diseñada y creada por PsyAtWork , incluye módulos que tratan sobre la atención, las técnicas de respiración, la práctica de la gratitud y la compasión.
Si considera que tu equipo puede beneficiarse de estas herramientas, las próximas semanas, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Estaremos encantados de escuchar cómo podemos ayudarte, y ofrecerte una alternativa acorde con tus necesidades. Puedes hacerlo a través de nuestra opción de contacto: www.psyatwork.com/contact